sábado, 19 de abril de 2014

DOÑA ARAGONTA.- SEGUNDA MUGER DEL REY D. ORDOÑO II.

DOÑA ARAGONTA.- SEGUNDA MUGER DEL REY D. ORDOÑO II.

AÑO DE 922

Muerta doña Elvira al fin del 921, con poca diferencia, pasó el Rey D. Ordoño II a segundas nupcias, sin embargo de tener  asegurada sucesión. Escogió por muger a una gran señora Gallega, cuyo nombre fue Aragonta, de la Ilustrísima familia de S. Rosendo, sobrino, según Yepes, de ARAGONTA.
Fue pronto esta elección, y muy cerca del 922, pero duró poquisimo la unión:  porque en el año siguiente, o principios del otro, ya la había repudiado, casando tercera vez, como diremos. El motivo de la separación fue por no gustarle aquella muger, segun Sampiro; o por sospechas que tuvo de ella, como dice el Arzobispo D. Rodrigo. Esto no era suficiente para dirimir el matrimonio; y en efecto conoció el Rey lo mal que procedió en repudiarla, pues convienen los Escritores en decir, que hizo luego digna penitencia.
La Reyna, viéndose repudiada del Rey, se dedicó a otro más constante, cuya unión no pudiese faltar sin querer ella, Edificó, y se metió en el Convento de Salceda, tierra de Tuy (en Galicia) para cuidar unicamente de la Corona del Cielo. Allí vivió tan abstraída del mundo, y tan empeñada en lo eterno, que podemos creer piadosamente hallarse coronada entre los Ángeles, según fue revelado a San Rosendo, con quien la Reyna, como buena y pariente, gustaba conversar; y viéndose en la última enfermedad quiso tener el consuelo de que el Santo la asistiese en el lance de la mayor importancia, á cuyo fin le envió a llamar.
 S.Rosendo salió de Celanova con presteza, y caminando para donde estaba la Reyna, por tierra que llaman de Sande, a deshora oyó un coro de Ángeles que cantaba dulce y suavemente. Ya como acostumbrado a semejantes músicas no se turbó, pero con tanto respeto y devoción se apeó de la mula, y se tendió en el suelo, donde estuvo un poco de tiempo postrado; después se levantó, y dijo a los que venían con él, que, ya no tenían necesidad de proseguir el camino que llevaban comenzado, pues la Reyna Aragonta  era muerta, y el Señor le havía revelado como iba carrera de salvación acompañada de Ángeles al Cielo. Notóse el tiempo en que San Rosendo havía dicho la muerte de la Reyna, y hallóse ser verdad lo pronosticado. Así Yepes en la Vida del Santo, Tomo 5. fol.11. En cuya suposición aseguró la Reyna Doña Aragonta más riquezas y honras en la pobreza y abstracción del Monasterio, que en la Soberanía del Trono.

Fuente: Memorias de las Reynas Catholicas por el padre Flórez de la Orden de San Agustín.


Nota. Yepes  dice: San Rosendo sobrino de Aragonta,. cuando en realidad San Rosendo y Aragonta eran primos.

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